Me llamabas con voz amorosa
con mirada ilusionada
desde tu sueño infinito,
oía tu voz desde la distancia
en mi enmarañado bosque,
laberinto de emociones extraviadas,
corría hacia ti en la oscuridad
con la piel herida por mil espinas
de negras rosas envenenadas,
te veía a través de muros de melancolía,
falsa melancolía de un mundo
que nunca existió,
formado por reflejos de algo que nunca fue,
un escenario de cartones viejos,
construido por mi obstinada soledad.
Me ofreciste tu mano tierna
tus sueños de amor adolescente
una puerta a tu universo,
una dimensión nueva donde habitar
tejiendo sueños, juntos,
creando un nuevo espacio, nuestro, solo nuestro.
Te adentraste en mi oscuridad,
heriste tus sensibles alas
para guiarme al amor,
al interior de tu mirada,
para orientarme al fin
guiar mi alma ciega, ofuscada,
perdida en el tiempo,
hasta el fondo de tus ensoñaciones.
Enraizaste tu amor obstinado
en mi alma desarbolada,
desalojaste sombras ,
desintegraste oscuridades,
solo quedó el espacio para el amor
rescatado de un abismo
para vivir en ti, por siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario