Imitando un atardecer, llueve.
Piensan que llega la noche
las tenues lámparas
de nuestro café,
de tiempo lento , relajado.
La silla vacía frente a mi
me recuerda que tienes un regreso,
un reencuentro pendiente;
pronto, ya pronto, pienso.
Mientras, me acuna una suave,
antigua canción en francés.
Me acerco a la puerta,
sigo mi camino,
pensando que un día cercano
la cruzaremos juntos, otra vez.
Camino despacio oyendo una melodía,
toca el viejo amigo del acordeón,
au revoir, mon amour, pienso...
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