un amor herido,
desde la oscuridad,
una mano amorosa
que se deja ir, una vez más,
un amor castigado
por un silencio cruel,
un día de invierno interior,
por ecos de miedos abismales,
de incertidumbres inconcebibles,
un silencio que jamás debió nacer,
un corazón que nunca debió sufrir.
Una mano de amor,
que atraviesa mi alma,
susurra caricias a mi corazón,
cerrando para siempre viejas heridas,
abriendo mundos imposibles,
descubriendo senderos de amor,
para mi, alma extravagante,
lobo errante, de tierras inciertas.
Habitaré tus mundos,
recorreré tus amorosos senderos,
los de tu corazón,
los que creaste en el mío,
con pedacitos de cielo,
junto a ti, fundido a tu mano
que nunca debí soltar,
que nunca abandonaré, amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario