Vuelve la tristeza
con aires de hoja caída
aroma de otoño
el peso de las horas muertas.
Quiere habitarme,
instalarse bajo mi piel
con su pesado equipaje.
Cruza mi sangre con paso lento,
se abandona al tiempo,
lastra mis sueños,
se congelan las imágenes,
caen como fotos antiguas
de una mano desconocida,
me siento insustancial,
absorbido por un vacío denso
como un oscuro secreto
que morirá en el silencio,
como las palabras que ya no pronuncio,
crean ecos interiores incesantes,
forman afilados cristales rotos,
se incrustan en el pecho
como un dolor antiguo
del que apenas se es consciente.
Tristeza, dolor de despedida,
aroma de adiós…ya no se irá.
.
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