Cayeron los puentes
que impedían la distancia
enmudeció el lenguaje
donde no existía la palabra lejanía
se perdió la clave del código secreto
en un meandro oscuro de la memoria
la distancia se volvió dolor
la lejanía se hizo camino interminable
la mirada se perdió en un abismo interior
creado por el silencio
de palabras impronunciables
emociones rotas cubren la tierra
de este bosque hoy silente
sin sus criaturas fabulosas
que saciaban su sed de amor
en veneros de ilusión
su hambre de fantasia
comiendo etéreos frutos
de sueños imposibles
fragmentados en un instante eterno
diseminados como hojarasca
nacida de un vacío oceánico
que devora irremisible el bosque.
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